Este domingo, día 20 de mayo, se abre la veda de pesca en las aguas leonesas de
los ríos Cares y Sella, pero bajo la modalidad "sin muerte".
El próximo domingo, día 20 de mayo, se abre la veda de pesca en las aguas leonesas de
los ríos Cares (en todo su curso provincial, con excepción de sus afluentes) y Sella (en el
tramo comprendido entre el puente de Pamiellas y el límite con Asturias, también
exceptuándose sus afluentes), situadas dentro del ámbito del Parque Nacional de Picos de
Europa. La temporada truchera en estos cursos fluviales durará hasta el día 29 de julio y
la pesca para la generalidad de los pescadores será libre, pero bajo la modalidad sin
muerte y utilizando únicamente aparejos de mosca artificial en cualquiera de sus
variedades.
Sin embargo, los habitantes de los municipios de Oseja y Valdeón, que acrediten su
condición de residente (para lo cual deberán portar durante el ejercicio de la pesca, junto
con la documentación necesaria para la práctica, una certificación del Ayuntamiento
correspondiente), podrán practicar la pesca con muerte y sacrificar diariamente un cupo
de 3 ejemplares de trucha común (con una talla mínima de 21 centímetros), capturados
con cualquier tipo de cebo legalmente establecido.
Este privilegio solamente lo podrán ejercitar aguas abajo de la desembocadura del río
Prada (o Serenal) en el Cares y a partir de la confluencia del río San Pedro en el Sella. La
citada regulación ha sido establecida por la Junta considerando las circunstancias
especiales que se dan en este ámbito geográfico y ante la necesidad de armonizar las
directrices de conservación en dicho espacio protegido, la realidad social y la normativa
vigente en materia de pesca.
Desde la implantación de esta normativa, los habitantes de estas zonas vienen
celebrando el primer día de temporada una fiesta reivindicativa de la pesca en Picos de
Europa, para manifestar su desacuerdo con las restricciones impuestas y proclamar su
derecho a pescar. Para ellos, el hecho de vedar parte de estos ríos no ha solucionado ni
mejorado su decadencia y piensan que además con las restricciones impuestas se ha
perdido potencial turístico, ya que cada año son menos las personas que visitan estas
zonas para pescar. Así mismo consideran que socialmente, si se llegase a prohibir la
pesca definitivamente, supondría un retroceso importante en la calidad de vida de los
lugareños, sobre todo para la juventud y los mayores, que carecen de los lugares de ocio
propios de las ciudades y se verían privados de lo único que pueden disfrutar, que es la
naturaleza y sus actividades.
Discriminación
Por otra parte, entre las opiniones que circulan en el colectivo de pescadores y sus
asociaciones, referente a esta regulación de la pesca en Picos de Europa, la más
generalizada es la de que esta normativa representa una inusual discriminación, que
podría vulnerar el principio de igualdad establecido constitucionalmente para todos los
españoles. Además, no se entiende como es posible que pescando en las mismas aguas y
al mismo tiempo un ciudadano se pueda llevar legalmente a la cesta un pez y a cincuenta
metros otro tenga que devolverlo al agua obligatoriamente bajo el riesgo de una fuerte
sanción, estando ambos sujetos a la misma tasa administrativa.